miércoles, 12 de septiembre de 2007

Una noticia triste



Hace un par de posts hablé sobre un loro que me había fascinado. Hoy una amiga me ha escrito para decirme que Alex, el loro que demostró que comunicarse con otros animales es posible, murió el pasado día 7 a los 31 años de edad. Según la Fundación Alex se desconocen las causas de su muerte. La esperanza de vida de los loros grises como Alex es de unos 75 años, así que era relativamente joven.


Sé que mucha gente le echará de menos, especialmente la doctora Irene Pepperberg, para quien probablemente Alex significaba tanto como un hijo; muchísimo más que una mascota o un objeto de estudio. La ciencia y la humanidad en general tienen una deuda con ambos, y ojalá haya otros Alex en el futuro que nos sigan enseñando cosas sobre ellos y sobre nosotros mismos. Porque ser una persona no es feudo exclusivo de la humanidad, y porque ha quedado patente que un esfuerzo por comunicarnos con el resto de los seres vivos puede demostrar que hay más inteligencias, además de la nuestra, sobre la faz de la Tierra.

jueves, 28 de junio de 2007

Animación 3D

Tengo una teoría, desarrollada en base a fenómenos empíricos observados durante muchos años, que afirma lo siguiente: los que trabajan en animación 3D son unos cachondos mentales. Véase Píxar, por ejemplo. Las películas ya son geniales, pero es que los cortos son dignos de la adoración más absoluta. Como ejemplo, he aquí Knick Knack (1988), uno de sus primeros trabajos:



For the birds (2000):



Dreamworks, su principal competidora, es igualmente delirante (ahí está el genial Shrek):



Los estudios Blue Sky nos regalaron Ice Age y todos sus fantásticos personajes, en especial Scratch:



Y curioseando en Youtube he encontrado este corto de Pierre Coffin (me encanta, me identifico muchísimo con el pingüino):



Pierre Coffin es además el creador de Pat & Stanley (algo que acabo de descubrir; hacía tiempo que ya conocía a este par, son geniales... es una lástima que yo no sepa hablar francés):



Corolario: ¡yo de mayor quiero ser como esta gente!


sábado, 9 de junio de 2007

Haciendo autoestop por la galaxia

La gente como yo tiene una serie de obligaciones ineludibles. Una de ellas es, por ejemplo, leerse de cabo a rabo El Señor de los Anillos, junto con los apéndices, el Silmarillion, el Hobbit, los Cuentos Perdidos, todo ello a ser posible en inglés y en una edición bonita. Otra, ver una y otra vez, en español para escuchar a Constantino Romero decir "Yo soy tu padre", y en inglés para disfrutar del "I am your father" de James Earl Jones, la vieja trilogía de la Guerra de las Galaxias (la trilogía nueva debe verse con igual entusiasmo, aunque no es totalmente necesario aprenderse los diálogos -excepto la célebre frase de Yoda del Episodio 1 que explica cómo se llega al lado oscuro, no sea que algún día necesitemos las indicaciones-).


Pero hace poco me di cuenta (gracias a una de las amigas de CPI) de que había pasado por alto una de esas obligaciones ineludibles (¡imperdonable!). Tantos años que La Guía del Autoestopista Galáctico (una trilogía en cinco partes) ha estado ahí, a mi alcance, sin que yo le haya hecho ningún caso... Así que tuve que ponerle remedio inmediato.



De momento no he llegado muy lejos leyendo, porque estos días he estado bastante liada y cuando aterrizo en la cama (que es donde me gusta leer) estoy tan cansada que incluso leyendo esta pequeña maravilla se me cierran los ojos. Pero todo se andará. He aquí un extracto del prólogo:


Cómo salir del Planeta


1. Llame a la NASA. Su número de teléfono es (731)483-3111. Explíqueles que es de gran importancia que parta cuanto antes.

2. Si ellos no cooperan, telefonee a cualquier amigo que pueda tener en la Casa Blanca -(202)456-1414- para que hable de su parte con los tipos de la NASA.

3. Si no tiene ningún amigo en la Casa Blanca, llame al Kremlin (pídale a la operadora internacional que le ponga con el 0107-095-295-9051). Ellos tampoco tienen amigos en la Casa Blanca (al menos, ninguno del que hablar), pero sí que parece que tienen alguna influencia, así que no pierde nada intentándolo.

4. Si eso también falla, llame al Papa para que le aconseje. Su número de teléfono es el 011-39-6-6982, y creo que su centralita es infalible.

5. Si todos estos intentos fallan, haga señales para que se detenga a un platillo volante que pase cerca y explique que es de vital importancia que usted salga del planeta antes de que llegue su factura telefónica.


Douglas Adams
The Hitchhiker's Guide to the Galaxy


Y en cuanto termine el libro, pienso ver la película (es otra de esas obligaciones ineludibles, por supuesto).

martes, 22 de mayo de 2007

La mente de un pájaro

Siempre he pensado que el hombre subestima completamente las capacidades mentales de muchos animales. He tenido animales que me han sorprendido demostrando que comprendían cosas que yo daba por hecho que estaban fuera de sus capacidades. Hoy, fisgando en la Wikipedia, me encontré con una historia increíble.


Se trata de Alex, un loro gris africano de 30 años con el que la doctora Irene Pepperberg lleva 29 años trabajando. Hasta ahora sabe contar hasta 6, distinguir entre forma, color y material de un objeto, entiende el significado de alrededor de 100 palabras y... ¡está aprendiendo a leer! Y como es un loro gris, y los loros grises tienen tanta facilidad para aprender a hablar, todo esto lo demuestra hablando.


Por ejemplo, si le enseñan un objeto y le preguntan de qué color o material es o qué forma tiene, Alex contestará correctamente. Y también sabe decir cuál es la diferencia entre dos objetos distintos (y si son iguales y le preguntan cuál es la diferencia, contesta que "ninguna"). Si se le pregunta cuántos objetos de un color o material determinado hay sobre una bandeja, dará la respuesta correcta un 80% de las veces (y muchas veces los fallos son atribuibles a que los loros no ven los colores como nosotros, sino un poco desplazados hacia el ultravioleta, o a que no distinguen bien algunos fonemas). Aprendió espontáneamente el concepto numérico "cero". Y cuando se cansa de que le pregunten cosas, dice "me voy"; y si el investigador se enfada, Alex se disculpa diciendo "lo siento". Si dice "quiero plátano" y le das una nuez, se te quedará mirando fijamente, o volverá a pedirte el plátano, o cogerá la nuez y te la tirará a la cara.



Me ha fascinado tanto la historia de Alex, que acabo de comprar en Amazon el libro de Irene Pepperberg The Alex Studies. Cognitive and Communicative Abilities of Grey Parrots en el que cuenta todo su progreso con el yaco. ¡A ver si consigo yo que Tinguaro aprenda a contar! xD


Ya en serio, sería fantástico descubrir que podemos llegar a cierto nivel de comunicación y entendimiento con algunos animales. Creo que no nos sentiríamos tan solos como especie ni tan apartados del resto de la naturaleza si lo consiguiéramos. Puede que no sea más que una utopía loca, pero creo que el mundo cambiaría para nosotros.


Para quienes queráis saber un poco más sobre el tema, os recomiendo que pinchéis aquí y aquí.

jueves, 10 de mayo de 2007

Watashi wa friki desu

O, en otras palabras, "soy friki". Aunque sería más apropiado decir Watashi wa totemo friki desu ("soy muy friki"). Siguiendo con la tónica que corresponde invariablemente a estar en plena época de exámenes, he encontrado una distracción nueva: aprender japonés en los ratos libres. Veréis, es que después de ver 232 capítulos de Naruto en versión original, pues me picó el gusanillo. Y claro, hay un límite de aprendizaje al que se puede llegar simplemente con ver anime subtitulado. Aprendí a decir "morirás" (shiné), "te voy a matar" (korosé), e "idiota" (baka). Con lo cual, pensé, ya puedo ir a Japón a hacer amigos, ya que puedo construir la frase Korosé, baka, shiné! (También aprendí que Itadakimasu significa "que aproveche", pero eso no es tan útil ni de lejos).



La verdad es que me encanta aprender, y aunque quizá con esas tres palabras podría tener la vida resuelta en Japón, me supieron a poco. Le tengo ganas al japonés desde hace bastante tiempo; es un idioma que siempre me ha llamado mucho la atención. Así que me dije: pues vamos a buscar un cursillo en internet, que seguro que hay alguno. Y efectivamente. Encontré una página llamada Nihongo que, en 16 lecciones no muy extensas, te da los rudimentos del idioma (por ejemplo, ahora ya sé que Nihongo significa "en japonés", porque Nihon es Japón y -go después del nombre de un país indica el idioma que se habla en dicho país). Está genial. Tiene archivos de audio para escuchar las palabras y todo.


Por el momento he llegado hasta la lección 5, porque en la 6 ya meten la escritura japonesa, y creo que voy a tener que dedicar un tiempo a aprenderme los alfabetos primero (aunque se pueden ver con el alfabeto romano, pero para qué vamos a ir a lo fácil cuando podemos complicarnos la vida, ¿verdad?). Que qué cachondos son estos japoneses. Tienen 3 alfabetos distintos que utilizan simultáneamente cuando escriben, y menos mal que el Hiragana y el Katakana son silábicos y están dentro de unos límites razonables (aun así no les bastaba sólo con uno, no). Los kanjis, esos castillitos tan monos que representan una idea, son otra cuestión. Tienen como 50.000 distintos. Y ya cuesta aprenderse uno... El otro día estuve mirando un diccionario de kanjis por curiosidad y casi me da un patatús. Menos mal que no tengo ninguna intención de estudiármelos (de momento). Y hablando de diccionarios, encontré otro español-japonés que tiene una pinta estupenda.


Pero bueno, la verdad es que con 5 leccioncillas ya he aprendido un montón de cosas (tendré que repasarlas para que no se me olviden). Por ejemplo, no se utilizan las exclamaciones. La forma correcta de la frase de arriba sería Korose, baka, shine yo, porque los japoneses utilizan yo para exclamar y ka para preguntar (para decir "¿qué es esto?" dirían kore wa nan desu ka). Y he aprendido a contar hasta 1000. Y un montón de palabras (Ohayou Gozaimasu, que significa "buenos días por la mañana temprano", es una de las expresiones que más me gustan). Y me sé la obra y milagros de Waatamanu-san (el Sr. Waterman). Es cachondísimo lo que hacen con los nombres: Miraa-san (Sr. Miller), Kaatan-san (Sr. Cartin), Mearii-san (Sra. Mary). Y "ordenador" se dice... konpyuutaa (!!)


En fin, que es muy entretenido. La única pena es que voy a tener que hacer una pausa en el aprendizaje, por lo menos hasta el examen del lunes, porque tengo mucho que estudiar (es una lástima que la carrera no sea tan divertida como esto). He echado la solicitud para alemán y japonés en la Escuela de Idiomas para el año que viene, a ver qué pasa.


さようなら, BABIES!