miércoles, 2 de mayo de 2007

Crónica de una batalla


Calle La Palma, 3:30 AM.


Pocas veces en mi vida he pasado tanto miedo. Estoy tan alterada que no puedo dormir, así que voy a desquitarme con el blog (esta semana mi compi me ha dejado sola y no tengo con quién hablar).


Vivo en un segundo piso en la calle de La Palma, por la zona de Tribunal (prácticamente en la plaza del 2 de Mayo). Estoy acostumbrada a cierto jaleo por las noches los fines de semana, e incluso a tener que utilizar tapones para los oídos de vez en cuando. Estos días, al ser puente y esas cosas, también ha habido mucho movimiento. Pero lo que está pasando últimamente no es normal. Ayer incluso vino la policía a dispersar a la gente, y la noticia ha salido en el periódico, porque montaron una muy gorda. Pero, al parecer, se quedaron con ganas de más, y esta noche vinieron a por la revancha.


La pelea ha sido más ensañada que la de ayer (con mala saña, nunca mejor dicho). Casi como un segundo Levantamiento del 2 de Mayo, pero sin Bonapartes. Han volcado los contenedores que hay en la esquina (esos tan fabulosos para poder reciclar por los que mi compi y yo nos habíamos puesto tan contentas), y se han dedicado a lanzar botellas por los aires hasta que han llegado los antidisturbios. Yo estaba asomada a una ventana (no me atreví a asomarme al balcón, y menos mal), observando atónita cómo los portales y los contenedores eran utilizados a modo de trincheras por los policías y algún periodista (y por algunos paisanos poco afortunados que quedaron atrapados en tierra de nadie). Todo lo que había en los contenedores estaba esparcido por el suelo y alguien le había prendido fuego.


Y, de repente, una botella se estrelló contra el marco de mi ventana (!), a escasos centímetros de mi cabeza (!!). Ni me había imaginado que eso podría suceder (para empezar, las unidades de artillería pesada estaban, pensaba yo, demasiado lejos como para que me alcanzara el fuego). Después de eso, sin poder creerme todavía lo que estaba pasando, metí la cabeza dentro y cerré la ventana (no antes de que otra botella se volviera a estrellar peligrosamente cerca de mí). La foto que encabeza esta crónica casi me costó un disgusto serio... Luego se escucharon unas cuantas explosiones, supongo que de algún artefacto de los antidisturbios (según mi experiencia -cinematográfica y televisiva-, no parecían disparos), aunque yo estaba temblando lejos de la ventana intentando recuperarme del shock, así que no sé de qué se trataba exactamente.


Ahora parece que las cosas se han calmado un poco, aunque aún se escuchan cánticos distantes diciendo "policía asesina", "a las barricadas" y cosas por el estilo. No sé cuál fue el desencadenante de la batalla (estaba intentando dormir cuando empezó todo, tanto ayer como hoy). Tampoco creo que aun sabiéndolo fuera capaz de entenderlo. Supongo que es uno de los encantos que tiene vivir en Malasaña, Madrid.


Sólo me alegro de no haber aparcado el coche en mi calle (no ha quedado un solo retrovisor sano), y espero haberlo hecho lo suficientemente lejos como para encontrármelo entero cuando vaya a por él. Visto lo visto, he decidido que en el futuro estableceré un radio de seguridad para la zona de aparcamiento.


Supongo que mañana la noticia saldrá en la tele y en los periódicos, ya que unos cuantos periodistas (aparentemente surgidos de la nada) grabaron y sacaron fotos de todo. Quizá mañana preste atención a los medios de comunicación, a ver si descubro por qué ha pasado todo esto. Y rezaré para que no vuelva a pasar... Porque, si se convierte en una costumbre, vamos listos.


Y yo que quería ponerme a estudiar temprano por la mañana.

11 comentarios:

Azena dijo...

no sé por qué me estaba temiendo que te habría dado de lleno...

por un lado me alegro de estar lejos y por otro me jode no enterarme de todo de primera mano. supongo que estaba todo demasiado caliente como para no estallar. estoy intentando seguir la pista a los acontecimientos para poder formarme una opinión, pero la primera impresión no deja en muy buen lugar a la poli. ya me contarás.

pd. siento que te lo hayas tenido que tragar tú sola.

Lyd dijo...

Pues la verdad es que poco te puedo decir yo. Por lo que he estado leyendo por ahí, parece que le echan las culpas a la policía. Tengo la sensación de que sí que se han pasado tres pueblos, pero la verdad es que la gente que había en la calle tampoco se ha cortado un pelo. Que yo estaba asomada a la ventana y por poco me decapitan! Supongo que lo de anteayer les sentó muy mal y anoche volvieron con ganas de camorra unos y otros.

A mí me parece que quien diga que la policía se pasó puede estar en lo cierto, pero no fueron los únicos. Había sed de sangre por todas partes.

No te preocupes por mí; mejor que hayas estado lejos. Ahora por lo que estoy preocupada es por mi coche, creo que voy a echarle un vistazo cuando vaya a hacer la compra...

Juan dijo...

Joer, la verdad es que lo he oido en la tele y pensé en vosotras pero no creí que la guerra fuera justo en vuestra puerta. Ahora para quitarle tensión al asunto (y tomese nota que no soy machista) ¡lo que necesitais es un hombre en casa para que os defienda! ;)

El Otro

Juan dijo...

Ps. La gente que tiene mi número de móvil sabe que lo tengo encendido 24h al día para ellos así que Lyd cuando llegue Tene se lo pides o bien mandame un mail y nos los cambiamos. Quizá no hubiera podido plantarme allí como James Bond salvando a la chica pero una llamada o una conversación por MSN pueden desahogar un poco.

El Otro

Lyd dijo...

Jo, muchas gracias. Aunque lo más probable es que no te hubiera llamado, porque eran las 3 de la mañana...

Y, la verdad, poco podría haber hecho un hombre en casa para defendernos en una situación como ésa (en la que, de todos modos, bastaba con cerrar la ventana), aunque el apoyo moral sí que habría venido muy bien ;)

Anónimo dijo...

Jo, tia, que yuyu... Yo lo habria grabado en video (si mi camara hubiera tenido esa opcion) y luego lo habria mandado a la tele...

Lyd dijo...

¿Habrías tenido los huevos? Porque yo la verdad es que no, después de que casi me abrieran la cabeza con una botella por el simple hecho de asomarme a la ventana...

Anónimo dijo...

y yo que esa noche estaba pensando en pasarme por tu barrio para darte un par de timbrazos si veía luz en tu casa y hacerte un rato compañía...no sé Lyd, pero yo creo que por vuestra salud mental, la de Tene la y la tuya, y por lo que veo la física también, deberíais de replantearos ese barrio para vivir, no sé como andan las cosas por mad, ya que guada es muy tranquilita, pero después de pasar una noche así, no creo que merezca la pena el estar con la cosa de que vuelva a pasar, porque esta vez tú estabas en casa, pero si te pilla volviendo...bueno dejo ya de alarmar que no es plan, pero sólo pensadlo, un besazo! Iván

Lyd dijo...

Sí, bueno... La verdad es que, aún así, mi barrio me gusta por otras cosas. Y lo del puente ha sido algo excepcional, normalmente no me da miedo salir a la calle por la noche. Por cierto, que el fin de semana pasado vi más policías por metro cuadrado de los que había visto en toda mi vida. Cuando volvía a casa el viernes me dio la sensación de estar dentro de un videojuego, de esos que tienen la pantalla llena de monstruitos, pero con policías (los había en moto, en coche, caminando, con perro... aunque no vi ninguno a caballo, pero seguro que también los había). Aunque en este caso el objetivo del videojuego era caminar con indeferencia hasta tu casa, no matar a los policías xD

En fin, que todo apunta a que ha sido un fenómeno aislado y que no se va a volver a repetir (por lo menos hasta las próximas fiestas del 2 de Mayo... la próxima vez me voy a pasar el puente a Valladolid y asunto arreglado).

Un beso!

Anónimo dijo...

Policías con Perros???? jur jur entonces la cosa pinta más seria que un simple altercado de gente que buscaba una revancha.

Cuando los polis sacan a los perros es porque buscan o drogas, bombas, o gente atrapada. Y si fueron los antidisturbios es porque el riesgo de que pasase algo "mayor", yo seguiría el consejo de ese chico!

chau

Lyd dijo...

Lo de los polis con perros y la presencia policial masiva fue el viernes pasado por la noche (unos días después de la batalla), que curiosamente fue el día de fin de semana más tranquilo que he visto desde que estoy en este barrio. Ni botellones ni leches, estaba todo el mundo más derecho que una vela...

No sé cuál fue el verdadero motivo de que sacaran a los perros, pero es probable que fuera simplemente para asustar a la gente.